martes, 10 de febrero de 2015

Me lo contó un pajarito...: Mil veces Déjà vu

La primera reseña de Mil veces déjà vu.



Me lo contó un pajarito...: Mil veces Déjà vu: Mil veces Déjà vu Hay un asesino suelto por Argentina. Cuando su tutor muere por causas desconocidas, el detective privado Ícaro no t...

martes, 20 de enero de 2015

El regalo de Navidad

Género: fantasía, terror.

Resumen: La reina negra ha encontrado una nueva misión.

El regalo de Navidad

Cada dos semanas el orfanato San Pablo organizaba una salida grupal. Era una medida relativamente nueva que les había impuesto el Ministerio competente y ahora se veían obligados dos empleados a vigilar a más de una docena de niños entusiasmados con el prospecto de su primer viaje turístico.

Mil veces déjà vu. Epílogo

Epílogo
Marcos cortó con su último cliente de la tarde con un tremendo alivio. Era domingo y eso quería decir que era el último, ya no más inventarse fortunas de la nada, hasta la semana que viene. Observó el cronómetro de la computadora, la cual también le informaba de las horas en total en que había trabajado, los clientes atendidos, los minutos que había pasado con cada uno y el total de lo que la empresa había ganado en total.

Mil veces déjà vu. 12


Capítulo 12
Habían pasado dos semanas. Desde aquel domingo en el que se suponía que estaba afuera para ver una película con unos amigos del colegio, las cosas habían cambiado radicalmente. Icaro sólo había podido tener una conversación telefónica con los padres para enterarse de ese detalle y lo siguiente que supo de ellos era que habían perdido la vida en un estúpido tiroteo junto a otras personas. Después de eso, había sido como si el muchacho nunca hubiera existido. No importaba cuántas llamadas, mensajes o email le enviara, no había manera de contactarlo.

Mil veces déjà vu. 11

Capítulo 11
Marcos rodó sobre sí mismo, abrazando la almohada. Incluso mientras estaba en proceso de despertarse del todo se dio cuenta de que cada movimiento le costaba más de lo esperable y él no recordaba haber hecho tanta actividad para agotar sus energías. Sus propias ideas parecían moverse con una lentitud casi acuática. Lentamente se percató de que la superficie sobre la que estaba no acababa de ser igual a lo que sentía acostado sobre su cama. No tenía nada que ver con una cama que reconociera.